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Transexualidad en menores

Cada vez que nace un bebé, se le asigna el sexo en base a la observación de sus genitales: si tiene pene "será" niño, si tiene vulva "será" niña. Se supone que "será", porque se trata simplemente de una predicción; una predicción con una alta probabilidad de acierto.

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Sin embargo, existe un porcentaje de niños y niñas cuya identidad no corresponde con el sexo que se le asignó, que se le supuso al nacer. De hecho, la identidad sexual no depende de los órganos genitales, ni tampoco de los cromosomas... La identidad sexual es una cuestión de subjetividad, de autoconsciencia, y se empieza a expresar con la conquista del lenguaje a partir de los dos años de edad.

La identidad sexual es una cuestión de subjetividad, de autoconsciencia, y se empieza a expresar con la conquista del lenguaje a partir de los dos años de edad.

La transexualidad no es algo que se pueda diagnosticar, porque la identidad no se puede diagnosticar. Por supuesto no existen cuerpos equivocados, sino en todo caso una mirada equivocada que juzga e impone cómo deben ser los cuerpos, cómo deben ser los niños, cómo deben ser las niñas. La realidad lo que nos regala es diversidad. Y entre los múltiples hechos de diversidad podemos encontrar niñas con pene y niños con vulva.

Si bien es cierto que cada vez se conoce mejor qué es la transexualidad, y que transitamos hacia una mejor convivencia, también es verdad que la sociedad todavía siente la necesidad de ordenar a todas las personas dentro de una organización binaria, en la que se establece cómo han de ser los niños (y los hombres) y cómo han de ser las niñas (y las mujeres) y si algo escapa de esa clasificación le puede producir malestar o incomodidad.

Todavía perduran tópicos y prejuicios que tienen consecuencias directas sobre el bienestar de los y las menores transexuales. Existen también discriminaciones sociales, legales, educativas, sanitarias que les dificultan disfrutar de una vida totalmente normalizada y acorde con su identidad.

Y entre los múltiples hechos de diversidad podemos encontrar niñas con pene y niños con vulva.

Las y los menores transexuales y sus familias no piden condescendencia, ni tolerancia, sino que exigen respeto. Reivindican una ley que despatologice la transexualidad y que apueste por el respeto a la propia identidad sexual libremente expresada. Que permita que cualquier persona menor de edad pueda cambiar su nombre y la mención de sexo en la documentación, sin condicionarse a diagnósticos ni tratamientos.

Además de las actualizaciones legislativas y adecuaciones médicas y educativas, nos corresponde a todas las personas, ya sea en la escuela, en los hogares o en la calle respetar su identidad, su indumentaria, el nombre que les representa y su intimidad.

Porque más allá de que las niñas y los niños tengan pene o vulva, es imprescindible permitirles que se expresen libremente según su sexo sentido, y que nadie les imponga comportamientos, usos y costumbres asignados socialmente a los genitales con los que nacieron.

Película: Just a Normal Person / En vanlig fucking människa