Cuando nos cuentan la historia de los pueblos, solo los grandes nombres de los políticos, mandatarios, autoridades… aparecen en libros, documentales, películas..., pero la historia de un pueblo no la hacen los grandes nombres, sino el propio pueblo. Más allá de los personajes conocidos que aparecen en este documental, están las personas, los ciudadanos como protagonistas. Demuestran que están por encima de los políticos, siendo protagonistas de un cambio histórico.
Esta historia comienza en un pequeño pueblo de Euskal Herria conocido en todo el mundo por su queso. En una sociedad separada por la violencia durante las últimas décadas y en un contexto de confrontaciones políticas, los habitantes de este pueblo emprenden una misión imposible: poder elegir qué ser en el mundo. Persiguen el sueño de la convivencia y el respeto, de forma pacífica y mediante el diálogo.
El movimiento social Nazioen Mundua, que surge de la amistad de dos personas que viven en trincheras políticas diferentes, ha sido capaz de superar y activar el bloqueo político. Más allá de los intereses políticos, creen que es el pueblo el actor principal del proceso de paz.
Un viaje turístico a Escocia les abrió, casualmente, una nueva vía pacífica y democrática, para entender el problema de identidad de los pueblos. Desde entonces, Escocia se convertirá en modelo de la ciudadanía del Goierri (Highlands), y la relación entre Escocia y el Goierri de Euskal Herria se mantiene hasta la actualidad.
Los deportes rurales serán el puente entre las dos naciones. Esto llevará a los vascos hasta Escocia y traerá a los escoceses a Euskal Herria, realizando el primer encuentro de la historia entre las dos naciones.
Dejando de lado las vías políticas, emprenderán un trueque basado en el deporte rural. El objetivo es reivindicar el derecho a decidir por el futuro de las dos naciones, popularizándolo de forma pacífica y espectacular.
Por ello, los de Idiazabal deciden realizar un documental con el fin de divulgar su idea. El proyecto refleja la filosofía del movimiento social, ya que cuenta con un presupuesto humilde, pero a su vez ha logrado salir adelante gracias a la participación y colaboración de mucha gente. Inmersos en la grabación del documental, subiendo una gran pendiente repleta de zarzas hacia el derecho a decidir, entre el levantamiento de piedras de los vascos y el lanzamiento de troncos de los escoceses suceden hechos históricos “inesperados” en ambos países: en Euskal Herria, ETA, la última organización armada de la Europa occidental, comunica el alto el fuego definitivo e irreversible. Mientras tanto, en Escocia, el partido independentista SNP logra la mayoría absoluta en las elecciones de 2011, abriendo las puertas a un referéndum donde podrá decidir su soberanía.
Será entonces cuando el relato del pueblo de Idiazabal se una con las grandes historias de las dos naciones. Estos deportistas rurales se convertirán en testigos directos de dos hechos históricos de la vieja Europa.
Este documental presenta el conflicto vasco de una manera innovadora: ofrece una mirada cercana de grandes hechos, cuenta la historia con letra pequeña, desde la cercanía, el intimismo y el humor... Recalca el factor humano y se aleja de los estereotipos de la historia y las crónicas periodísticas. Nos muestra el making of de la historia. Más allá de lo que todos ven, cuenta lo que nadie ve: el factor humano. Los focos alumbran al ciudadano, sin dejarse caer en la fascinación de los grandes nombres. Dejando atrás un pasado oscuro y conflictivo, Gazta zati bat es un relato con una mirada positiva hacia al futuro.
Un relato que plantea el futuro. Una aportación estilística al cine sobre el conflicto vasco. La forma de contar la historia y el contenido son pura sintonía: este documental nos muestra una nueva forma de hacer y de contar las cosas.
Jon Maia
Director de Gazta zati bat / A Piece of Cheese