La violencia sexual en la infancia es una de las formas de violencia sexual más silenciada en nuestra sociedad. Por otra parte, diversos estudios revelan su incidencia, pues entre un 15 y un 20% de la población sufre agresiones sexuales de modo continuado en esta etapa especialmente vulnerable. Generalmente transcurren en el entorno familiar, en la intimidad del hogar aparentemente normal, donde el agresor es un padre, un tío, un primo, un abuelo...
Abusar de alguien significa romper un mundo, quebrar un cuerpo, sembrar el dolor de manera profunda y duradera. Y más en una persona en desarrollo. Los delitos sexuales se cometen bajo el prejuicio de que la víctima callará porque sentirá vergüenza, culpa y miedo a que no la crean o la cuestionen. Mientras, quienes agreden viven con tranquilidad porque se sienten inmunes.
Que las personas que sufren abusos los denuncien y que las demás las crean y entre todas se construyan redes de apoyo mutuo es el primer paso para romper con el silencio y con la impunidad de las personas agresoras. Para ello existen diferentes espacios tanto en las instituciones, asociaciones, colectivos ciudadanos y blogs feministas que acompañan al empoderamiento y superación de las agresiones.
Film: Short Term 12