A pesar de que existen diferentes lecturas sobre el origen del pueblo gitano, la teoría más extendida es que proviene del Punjab, una región entre las actuales India y Pakistán. En torno al siglo XI, la comunidad gitana emprendió una gran migración hacia Occidente, llevándola a diseminarse por casi todo el planeta pero, principalmente, por Europa, donde a día de hoy constituye la mayor minoría de la Unión Europea.
Si bien es cierto que existen grandes diferencias entre los distintos subgrupos romaníes, hay ciertos rasgos comunes a todos ellos que sustentan la identidad gitana. Los 10 millones de personas que conforman la comunidad gitana en Europa no reivindican un territorio propio, ni tampoco disponen de instituciones políticas ni sociales propias.
Sin embargo, diez siglos después de su llegada a Europa, una buena parte del colectivo gitano sigue viviendo en grupos minoritarios y manteniendo su idiosincrasia. Por esta razón, el pueblo gitano puede ser considerado un ejemplo de pueblo trasnacional, ya que su identidad colectiva no viene delimitada por las fronteras.