El pueblo armenio es uno de los más antiguos y, al mismo tiempo, desconocidos del mundo. Está situado en el sur del Cáucaso, en un cruce de caminos entre Asia y Europa. La llamada Armenia Histórica se extendía desde el mar Caspio hasta el Mediterráneo, y fue el primer país en acoger la religión cristiana en el siglo III. Dada su ubicación geográfica, a lo largo de la historia ha sido ocupada por diferentes potencias extranjeras, como persas, romanos, asirios, otomanos, soviéticos...
En 1915 el Imperio Otomano perpetró un genocidio sobre la población armenia que mató a más de un millón y medio de personas y provocó un gran éxodo hacia diferentes países.
En la actualidad, la República de Armenia, que recuperó su independencia con la caída de la Unión Soviética en 1991, ha perdido gran parte del territorio de la Armenia Histórica, tiene las fronteras con Turquía y Azerbaiyán cerradas y atraviesa una grave crisis económica, que hace que mucha gente siga emigrando en busca de mejores oportunidades. La diáspora armenia triplica en población a la que habita la República de Armenia; no obstante, el pueblo y la cultura armenios se mantienen vigentes más allá de las fronteras.