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Represión y censura al arte

En 1932 el gobierno de Stalin impuso el realismo socialista como forma de toda expresión artística en la Unión Soviética, y rechazó otras manifestaciones consideradas burguesas. Esta corriente trata de plasmar los valores comunistas en el arte, educar a la población y fomentar la conciencia de clase a través de idealizar la revolución y ensalzar al proletariado, tanto agrícola como industrial, retratándolo con sus herramientas y vestimentas de trabajo, como sujeto digno de admiración.

La Unión Soviética expandió esta política al resto de estados socialistas bajo su órbita, entre ellos la República Popular Polaca.

En el proceso de sovietización de Polonia, mujeres y hombres artistas de vanguardia, entre otros Strzemiński, fueron conminados a adoptar el realismo socialista. Quienes se atrevieron a hacer frente a esta imposición sufrieron censura y marginación por parte de las autoridades.

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