En junio de 1973 el presidente uruguayo Juan María Bordaberry, tras un pacto con las fuerzas armadas, disolvió el Parlamento y creó un Consejo de Estado con funciones constituyentes, legislativas y de control gubernamental. Prohibió, asimismo, los partidos políticos y las organizaciones sociales. Hasta febrero de 1985 se extendieron 12 años de una dictadura cívico-militar.
Al igual que otros países del Cono Sur de América integrantes del Plan Cóndor, la dictadura uruguaya reprimió duramente cualquier expresión de libertad y de oposición al régimen. Y, así como en Argentina se practicaron sobre todo las desapariciones forzadas y en Chile las ejecuciones de personas presas, en Uruguay la técnica represiva predominante fueron los encarcelamientos masivos y de larga duración. En las cárceles y centros de detención se practicaban torturas minuciosamente estudiadas.
Se calcula que la dictadura uruguaya forzó al exilio a alrededor de 380.000 personas, casi el 14% de la población.
Película: Migas de pan