Lograr mayores cotas de autonomía personal para poder vivir de manera plena e independiente (con acompañamiento o apoyo, si es necesario), incorporarse al mercado laboral, tener las mismas oportunidades que las personas que no tienen discapacidad, o gozar de la libertad de tomar sus propias decisiones, como puede ser vivir en pareja o casarse, son algunos de los grandes desafíos a los que se enfrenta la población adulta con síndrome de Down.
Estos y otros derechos están recogidos en la Convención de Derechos de las personas con discapacidad, aprobada por las Naciones Unidades en 2006, que proclama su dignidad e igualdad de derechos.
Sin embargo, las personas con capacidades diferentes siguen enfrentándose al estigma y la discriminación, así como a las barreras legales, las actitudes y a un entorno que muchas veces no es capaz de valorar la contribución que hacen a la sociedad.
No hay que olvidar que muchas veces las familias sobreprotegen a sus hijos e hijas con discapacidad o que algunas instituciones se limitan a ofrecer un trato asistencial. Y esto dificulta que desarrollen una vida adulta independiente.
Película:Los niños