Es muy probable que nuestro teléfono, ordenador o cámara de fotos acabe sus días lejos de aquí, en el continente africano. Y es que cada año Estados Unidos y China, pero sobre todo Europa, envían a Ghana unos cinco millones de aparatos electrónicos usados.
Muchos acaban en el vertedero de Agbogbloshie, un suburbio de la capital de Ghana, porque así en los países de origen evitamos el coste de tener que reciclarlos. Así, nuestra chatarra electrónica convierte Agbogbloshie en el lugar más contaminado del mundo.
En 2014, la concentración de plomo en el suelo de este basurero superaba mil veces el nivel máximo permitido y la contaminación del agua y la tierra ha exterminado en unos pocos años toda su biodiversidad, según un estudio de la ONU.
En 2014, la concentración de plomo en el suelo de este basurero superaba mil veces el nivel máximo permitido
Y mientras la Convención de Basilea de las Naciones Unidas prohíbe que los residuos y artículos peligrosos (incluidos los desechos electrónicos) se exporten a países empobrecidos, algunos países se escudan en diferente legislación europea para exportar productos reutilizables a esos países.
Muchas veces los envíos se realizan disfrazados como un acto de buena voluntad, aduciendo que estos dispositivos de segunda mano reducen la brecha digital. La realidad es que entre un 25% y un 75% no sirven para nada, y que esa brecha no se reduce.
Tal y como ha dejado en evidencia el informe Agujeros en la economía circular. Fuga de residuos electrónicos (RAEE) desde Europa, realizado por la ONG Basel Action Network y en el que ha colaborado la Fundación EQUO, un 6% de los dispositivos rastreados para llevar a cabo el estudio se han exportado y más de la mitad han acabado en países en desarrollo.
Para mucha gente rebuscar entre los desechos es el único modo de alimentar a sus familias
La investigación se ha llevado a cabo en diez países de la Unión Europea (entre ellos España). Para ello se eligieron dispositivos electrónicos en los que se colocaron rastreadores GPS para poder tenerlos localizados y estos se llevaron a puntos de recogida donde supuestamente se garantiza la gestión correcta de los residuos.
Mientras Europa envía su basura electrónica a África, Para mucha gente rebuscar entre los desechos es el único modo de alimentar a sus familias. Así, el vertedero de Agbogbloshie es la fuente de ingresos de miles de personas a la caza de aluminio, cobre o hierro que luego venden.
Film:Welcome to Sodom