Negarse a comprar, vender o establecer alguna relación con otra persona o país es un modo de presión y de expresar el desacuerdo con determinadas actuaciones contrarias a los derechos humanos. Y es también una práctica que puede englobarse en la resistencia pacífica para lograr el cambio. Porque para influir en las decisiones de quienes gobiernan, se pueden llevar a cabo actividades alejadas de la participación electoral o el activismo de partido.
Y eso es lo que trabajadores de la fábrica Rolls-Royce de East Kilbride (Escocia) hicieron. Durante cuatro años, a más de 11.000 kilómetros de distancia de Chile y sin utilizar la violencia, estos operarios consiguieron parar los aviones con los que la Junta militar chilena reprimía a su pueblo.
Algo parecido es lo que pretende el comité de empresa de CAF en Beasain, que ha pedido a la dirección que no participe en la construcción del tranvía de Jerusalén, porque se adentra en los territorios palestinos ocupados. El comité de empresa considera que cualquier proyecto debe llevarse a cabo respetando los derechos humanos y la legalidad internacional.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha pedido a Israel que detenga el funcionamiento de un tranvía que une las colonias con Jerusalén occidental, por ser "una clara violación del derecho internacional". Según ese organismo, esta actuación, que se enmarca en la política de asentamientos de Israel en los territorios palestinos, viola la Cuarta Convención de Ginebra.
Film:¡Nae pasaran!