Marruecos y el rap protesta de la juventud

El 17% de la población de Marruecos son jóvenes entre 15 y 24 años (en el Estado español, el 9,65%). Hablaríamos de un país con futuro si no fuera porque, según el Banco Mundial, el desempleo juvenil es del 27%. Otro informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) indica que 7 de cada 10 jóvenes marroquíes tienen la intención de emigrar, la cifra más alta de la región árabe.

Ante este panorama, la juventud de Marruecos se rebela. Y lo hace a través de diferentes expresiones artísticas, incluida, claro está, la música. El hip hop, en un viaje de ida y vuelta desde los griots de África Occidental a Nueva York, tiene en el rap la expresión de la denuncia utilizada por jóvenes de todo el mundo.

El rap marroquí posee una personalidad única, al mezclar sonidos amazigh o bereberes, africanos y orientales. Las letras utilizan el árabe coloquial de la calle, el dariya.

Muslim es probablemente el rapero más conocido. Comenzó a hacer rap en las calles de su ciudad, Tánger. El suyo es un rap social que denuncia la corrupción y la vida de una juventud profesionalmente preparada, pero sin expectativas.

Además de él, en la actualidad está tomando fuerza una nueva generación de raperos contestatarios que choca con el gobierno. Un ejemplo es Mohamed Mounir, de nombre artístico Gnawi. Fue condenado en noviembre de 2019 a un año de cárcel por subir un vídeo a Instagram en el que criticaba a varios agentes policiales que le habían interceptado en un control de tráfico en Rabat. Diversas organizaciones de defensa de los derechos humanos denuncian al Gobierno marroquí por esta y otras represiones de la libertad de expresión.

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Film:Casablanca Beats