A lo largo de la historia, el concepto y la naturaleza del trabajo han experimentado una notable evolución. Desde las primeras civilizaciones hasta la era moderna, el trabajo ha sido una parte esencial de la vida humana: en unos casos ha conllevado satisfacción de necesidades básicas, o realización personal; en otros, alienación y explotación. Asimismo, ha desempeñado un papel fundamental en el desarrollo de las sociedades tal y como las entendemos hoy en día.
El escenario postpandémico introdujo grandes incertidumbres respecto al futuro del trabajo, en un momento de crisis económica, energética, climática y con un aumento vertiginoso de la pobreza y la desigualdad. Por ende, la inteligencia artificial (IA) combinada con otros desarrollos tecnológicos como el big data, el internet de las cosas o el blockchain traerá una revolución laboral. Según el Informe sobre el futuro del empleo del Foro Económico Mundial en 2023, esta revolución generará, de aquí a 2027, una profunda transformación en el 50% de los puestos de trabajo actuales, creará 69 millones de nuevos empleos y eliminará 83 millones. Además, el 80% de los trabajos previsiblemente más demandados en 2030 todavía no existen, o no existían hasta hace muy poco.
En este contexto de incertidumbre sobre el futuro del trabajo, ha entrado en el debate la llamada Renta Básica Universal, por la que toda la ciudadanía recibiría regularmente una suma de dinero sin condiciones. Mientras hay voces que cuestionan su viabilidad, otras defienden que permitiría pasar del paradigma del crecimiento económico a reducir la desigualdad y posibilitar la exploración de nuevas formas de estar en el mundo.
Fotografía: © Fasad - Fredrik Wenzel
Film:After Work