En una intensa correspondencia, en el inicio del feminismo en España, con Lidia Falcón (ella encarcelada en Yeserías, imputada injustamente por el lejano atentado de ETA en la calle Correos de Madrid), comenzamos a pergeñar el proyecto de esta revista feminista y sólo apta para mujeres, llamada Vindicación.
En nuestro largo epistolario supimos inventar esta palabra –vindicación– nunca antes utilizada en este país tan paupérrimo de cultura.
Fuimos un nervio compacto y convencido, tal vez demasiado culto e intelectual, que no alcanzamos a derrotar la herencia machista de la recién democracia.
Porque nuestro son de paz no comulga con la guerra eterna de nuestros vencedores.
Algún día, en cualquier lugar del mundo, en cualquier otro siglo, anhelo, ansiosa, que la razón feminista elimine a la sinrazón machista.
Decía pues: que Vindicación nació en la cárcel y afirmaré que murió en la democracia...
Carmen Alcalde