Uno de los obstáculos a los que tienen que hacer frente las personas cuya orientación sexual no es mayoritaria es el miedo a los prejuicios y el rechazo por parte de la familia y de la sociedad misma, especialmente en los entornos rurales.
Si bien es cierto que en los últimos años la aceptación de las relaciones afectivas y sexuales entre personas del mismo sexo ha aumentado, todavía queda mucho por avanzar en términos globales. A día de hoy la homosexualidad aún es perseguida en 86 países y castigada con pena de muerte en ocho. Sólo cinco países reconocen como legal el matrimonio entre personas del mismo sexo, entre ellos España.