En Filipinas, las abuelas constituyen un colectivo que ejerce un papel muy importante en el cuidado de las familias y al que se le profesa un gran respeto, reconocimiento y consideración.
La Asamblea del Envejecimiento de la ONU de 1982 determinó una serie de derechos específicos para las personas de la denominada Tercera Edad, como por ejemplo el de disfrutar de cuidados y protección especial por parte de la familia y de la comunidad.
Sin embargo, al igual que en ese país asiático, en otros enclaves del Tercer Mundo las ancianas se ven obligadas a vivir en un entorno de pobreza, donde a menudo tienen que responsabilizarse y cuidar de sus familiares más jóvenes a pesar de su edad, sus escasos recursos económicos y de una salud frágil.